Maestra que decidió abandonar el aula, para educar en casa.
- Arianna Alvarez

- 17 sept
- 3 Min. de lectura
Cuando tenía 4 años quería ser cantante, a los 8, mamá (sabía que era muuuucho trabajo, desde entonces), a 16 años quería estudiar turismo. Y no fue hasta una de las clases en segundo semestre de preparatoria, cuando una maestra a quien admiraba mucho preguntó si alguien quería dar clases sabatinas de inglés a un grupo de niños, que inició mi camino en la docencia. Al principio yo no quería ser maestra. "No tengo paciencia". Decía con aire irritado. Mi amiga levantó mi mano en el salón de clases sin que la pudiera detener. "Ella sabe hablar inglés". Y así comenzó todo. En mi primera clase, con cuatro niños de seis años me di cuenta de algo que marcaría mi vida para siempre: me encantaba enseñar.
Y así, fui grado por grado, desde kinder hasta universidad, y luego a trabajar con adultos. Me di cuenta que la educación es un proceso que transcurre, así como el leer un libro desde la primera línea, es algo que debe vivirse paso a paso, Y enseñar es igual.
Cuando estaba por terminar la Licenciatura en Lenguas Modernas Inglesas. para ser maestra de inglés. decidí hacer mi servicio social en un programa de imersión en la Sierra Gorda Queretana durante un mes. Ese verano cambió mi vida para siempre por dos razones.
1) Me di cuenta que después de trabajar tantos años en instituciones, que el sistema educativo estaba roto, y no podría mejorarse a menos de que cambiara radicalmente y
2) Conocí a mi esposo, nos enamoramos y decidimos llevar una vida diferente a lo que se consideraba "normal",
Entonces, al regresar de esas cinco semanas donde habíamos descubierto tantas cosas de nosotros mismos, y del sistema obsoleto en el que estabamos envueltos, decidimos ir en contra de la corriente. Empezamos a investigar lo que necesitaríamos para comenzar a implementar sistemas educativos más significativos y completos. Eso nos trajo a Playa del Carmen, el iniciar una familia con miras a hacer algo diferente a lo común.
Aquí encontramos más apertura de ideas y formas de llevar a cabo la educación. Hemos encontrado una comunidad internacional con personas que piensan que lo que es considerado norma debería cuestionarse. Lo tradicional de la educación realmente ya es obsoleto, y es necesario comenzar a educar desde la integridad que tiene implicada el ser humano de nuestra era. Aunado a todo esto, el clima político, económico y ambiental está en estado de crisis global, ¿cómo vamos a preparar a nuestros niños a llevar una vida con retos que sobrepasan cualquier idea que pensamos, es difícil?
Es por esto que decidí abandonar el sistema tradicional. Ese salón arcaico donde el maestro es el único que sabe, donde no debe hablar sin que se hable. pensar sin que se indique, cuestionar sin que se suponga. Necesitamos criar niños que sean capaces de pensar con un criterio propio. Que se cuestionen y se propongan mejorar, por que sin ellos, muchas de las fallas que llevamos arrastrando por décadas pasarán a sus manos sin tener soluciones posibles.
Para mí, la profesión más importante en estos momentos es la de educar, por que creo que el futuro depende de las decisiones que se tomen midiendo el poder de la creación que estamos forjando. Esa que llevará el estandarte de "hecho en casa, con amor" o "uno más de la fábrica de las escuelas".
Al final, nos queda hacer lo mejor que podamos, y si lo hacemos con la esperanza de que el mundo puede mejorar a través de la educación, vamos en el camino correcto.









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